



José Celestino López se ha colado en ese grupo. Sin tener una posición fija en el diamante logró cuidarlas todas a capa y espada, así no le agrade mucho el asunto y no haya sido galardonado por su trabajo en la defensa . “A veces puede que uno se moleste, pero a decir verdad nunca he tenido problemas con los cambios ni me he molestado. Mientras este jugando estaré tranquilo”, cuenta para Mi Diario, en Peoria, donde se puso a tono junto con los Marineros en el Spring Training.
“El cambio a la tercera base no me ha pegado. Me siento súper bien allí. La única diferencia es que los roletazos llegan más rápidos y debo correr mucho más hacia adelante”. Este año, tuvo que ser movido a la esquina caliente gracias a la llegada del versátil Chone Figgins, proveniente desde los Angelinos de Los Ángeles-Anaheim. El criollo no se enrolló mucho con el asunto. Al contrario, le anima porque agregan más calidad al equipo. "Figgins será de gran ayuda. Tiene velocidad, agarra muchas bases por bolas, batea .300 es capaz de tocar la bola con hombre en segunda y embasarse. Su juego es explosivo ya que viene de una escuela como la de Mike Sciocia. Batea, es rápido, toca la bola, tiene poder. Sabe como jugar para el equipo. Tiene esa chispa para jugar la pelota rápida y eso me gusta mucho”, explica el larense.
Su trabajo fue extra a lo largo de los entrenamientos. "Uno en el Spring Training cuando es regular no juega mucho. Lo necesario para mantenerse en forma y estar haciendo los ejercicios. Por ejemplo, cuando no tengo juego me quedo 30 ó 40 minutos más agarrando rollings para mantenerme activo todo el tiempo. Del resto es meterle el brazo", apunta.
López obtuvo grandes números personales en la temporada pasada, dígitos que lo colocaron entre los grandes de las Mayores y de la misma organización. Su fuerte siempre ha sido el madero y eso lo demostró al ser líder en dobles (42) y remolcadas (96), segundo en jonrones (25) e imparables conectados (167) y ser tercero en slugging (.463).
Sin embargo, López ambiciona y buscará en el 2010 poner números redondos y topes en su corta carrera de poco más de cuatro años. “Si bateo de .280 en adelante estoy bien porque pienso que un promedio decente. Lo que si quiero es batear 30 jonrones y 100 remolcadas”. La meta de los .300 no es difícil, sólo que la posición en el lineup puede restarle muchas veces el tipo de swing que deba hacer. "En el spring training me han puesto entre el tercer y sexto bate donde puedo conseguir mucha más gente en base y, la mayoría de las veces, tengo que hacer turnos productivos para buscar un fly de sacrificio o mover a mis compañero", argumenta el toletero. Los apenas 23 encuentros donde pudo estar de cuarto o quinto en la alineación ligó para .359 (33 hits en 92 viajes al plato) con 12 anotadas, 7 dobles, 7 palos de vuelta completa, 26 remolcadas y un grande .663 slugging.
Traerse la centena de carreras no será tan difícil, ya que tendrá por delante de él a gente de contacto como Ichiro Suzuki, Figgins y posiblemente a su compatriota Franklin Gutiérrez. Lo curioso es que no se enfrasca en lograr la meta de los .300 puntos en el promedio.
López no quiso meterse en camisa de once balas asegurando que Seattle pueda llegar a la postemporada. Está conciente que el equipo no es sólo él y que tiene 24 compañeros más para hacer la primera gran parte del trabajo. Lo que si garantiza es que tienen material con que poder pelearle al resto. "Hay que ir juego a juego en la temporada. Ahora tenemos una llavecita más con la llegada de Cliff Lee, algo súper importante, ya que hay equipos como los Yankees que tienen como cinco o seis. Esa dupla entre (Félix) Hernández y (Cliff) Lee podrá ayudarnos mucho. No puedo decir que pasaremos, ni tampoco que los Angelinos o Atléticos lo van a hacer. Lo que si ´diré es que daremos la pelea, a quien sea".
(Mesa, Arizona.-)La temporada del 2009 simplemente fue de aprendizaje para Carlos Zambrano y la tomará como compromiso para la del 2010. El lanzador derecho de los Cachorros de Chicago tuvo su peor zafra en las Mayores desde que se hizo lanzador a tiempo completo del equipo en el 2003 y de la zafra de apenas 13 ganados ese mismo año. Para eso, Zambrano ha trabajado en su actitud dentro y fuera del terreno. Las razones van mucho más allá de evitarse problemas con otros jugadores o evitar salir expulsado de un encuentro. Mucho menos dejar de discutir. Él mismo las explica:
“Debí cambiar la forma de manejar las cosas por dignidad y honor. Estoy en deuda con la organización y con la fanaticada de los Cachorros. No me gusta recordar el pasado, pero lo del año pasado (2009) fue desastrozo”, confesó “El Toro” para Mi Diario, después de su salida el 26 de marzo ante una escuadra de los Atléticos de Oakland, donde trabajó por espacio de seis episodios, permitiendo tres imparables, dos carreras (una limpia) dando un boleto, ponchando a seis y golpeando a un bateador.
“La temporada del año pasado quiero olvidarla. Soy hombre al que Dios le dio un don especial para jugar al béisbol. Modestia aparte no soy un pitcher de nueve ganados y debo aprovechar las condiciones que Dios me ha dado para jugar al béisbol. El equipo necesita que Carlos Zambrano y el resto del equipo tenga una buena temporada”.
Zambrano conoce lo que es capaz de hacer y para ello trabajó duro durante todo el receso. “Yo puedo ganar más de 13 juegos en una temporada. Pero lo más importante para mí y para todos es poder mantenerme sano”. Para lograr esas cosas Carlos tuvo que someterse a un tratamiento especial para poder estar fuerte.
“Me he mentalizado para venir en mejor forma. Me he concentrado en las zonas afectadas por la lesión como la espalda y el abdomen junto con mis piernas. Me siento más fuerte e hice más abdominales para así estar en plenitud de condiciones". El oriundo de Puerto Cabello también cerró un poco el pico, ya que al parecer le gustaba husmear la cocina cuando todos dormían. "Deje las comidas de noches para sentirme más saludable. Así eliminé los carbohidratos”, aseguró el criollo quien en 2007 alcanzara 18 victorias, máxima cantidad de ganados en su carrera.
Lo más importante en todo esto es el trabajo mental que realiza para encarar el 2010, asegura y enfatiza que ahora maneja todo de mejor manera; todo menos la agresividad para salir a jugar. “Estoy aprendiendo a manejar mi temperamento, mi carácter en el terreno. Eso es muy distinto a la agresividad. La agresividad siempre está ahí, nunca se pierde, mi hermano. Son dos cosas distintas y eso me va a ayudar mucho este año”.
Y eso se notó en el campo. Ese viernes, un error permitió que le anotaran una carrera. Se molestó, pero sin pataleos. Respiró profundo y se monto en la lomita a tomar las cosas por sus propias manos. “Eso lo he puesto en práctica en el Spring Training y, les aseguro, que es lo que verán en la temporada. Esta vez reaccioné como cualquier ser humano que se molesta con algo, pero controlé la situación. Ahí está la diferencia”.
El tema de la agresividad sale por un comentario chistoso de Pablo Sandoval donde alaba la calidad del derecho, uno de los lanzadores más difíciles que le ha tocado enfrentar, y al que curiosamente logró conectarle un jonrón con las bases llenas el 10 de marzo. “Nosotros siempre estábamos bromeando acerca de esas cosas. Que un día le iba a dar un palo, y ahora le pude dar uno bien largo”. Zambrano, quien admira al slugger de los Gigantes de San Francisco, respondió: "Ya veremos cuando nos veamos en la temporada regular. Acá nada se vale", con tono retador, pero manteniendo el buen humor de la anécdota.
El mismo Lou Piniella reconoce la mejoría del derecho. “Se ha visto muy bien. Eso es lo que esperamos de él. Que se mantenga enfocado en el juego”. Acerca de las visitas al psicólogo no quiso meterse mucho en el tema, pero asegura que se ven los cambios.
Las dietas no han disminuido la fuerza en los pitcheos del Carabobeño mostrando que su recta ya está en plenitud de condiciones, acompañado de un nuevo lanzamiento en su repertorio, el cual confía lo ayudará a dominar más a los bateadores.
"Lo de la recta llegó en un momento donde la rehabilitación estaba en su parte más importante. Es algo normal entre los lanzadores. Es algo que se conoce como "dead arm" (brazo muerto) y el brazo comienza a mostrar señas de mejoría", explicó el renovado Zambrano. Acerca de sus nuevas herramientas dijo: "Este año trabajaré más con el sinker, eliminando la recta cortada. Así pondré a los bateadores a conectar más rollings y no levantar la bola".
Zambrano hará esta tarde su sexta apertura en juegos inaugurales, colocándose a uno de Fergie Jenkins en el récord de aperturas. El "Toro" no ha tenido mucha suerte en este tipo de salidas ya que apenas logró obtener su primer lauro en la campaña pasada ante los Astros de Houston. Hoy, enfrentará a los Bravos de Atlanta, equipo al que venció dos veces en once aperturas arrastrando tres derrotas y 4.48 de efectividad en 68.1 tramos en lo que va de su carrera. De hecho, sus dos únicas victorias las consiguió en el 2002. En total, el criollo tiene récord de una victoria, una derrota y tres salidas sin decisión en 'Opening Days'.