
“Estoy muy emocionado por regresar a Venezuela”, contestó vía electrónica el jardinero perteneciente a los Azulejos de Toronto. “Me gustó mucho la ciudad y los fanáticos de las Águilas. Tuve un gran momento allá el año pasado y estoy muy contento de conseguir una nueva oportunidad de regresar”.
El guardabosques viene con una sola meta, y es terminar lo que no pudo el año pasado debido a la lesión en su mano que lo alejó de los campos justo en la mitad, cuando los Tiburones de La Guiara rompieron la racha de 11 juegos seguidos ganando.
“Voy a Maracaibo para hacer lo mejor que pueda por el equipo. Quiero ayudarlos a regresar a los playoffs y llevar el título a la ciudad”.
A pesar de haber quedado entre los mejores sluggers en la primera mitad de temporada, Mastroianni no se traza metas en cuanto a números. “El año pasado fue muy especial para mí. Me encantaría poner los mismos números del 2010, pero mi meta principal es ayudar al equipo tanto como pueda. No importa si bateo .360 de nuevo. Hay tantas formas en la que uno puedo ayudar, que será en eso en lo que me concentre este año”. Y convincentemente deja claro que “mi meta es ayudar. Es algo que aún llevo dentro de mí, por encima de mis números. Quiero que seamos un equipo ganador”.
Darin dejó grata impresión en Venezuela, no sólo por su forma de jugar a la pelota, sino por lo suelto que era con los fanáticos. Jamás se mostró negativo para firmar un autógrafo o brindar una entrevista. “Recuerdo haber tenido un gran tiempo allá. La fanaticada fue asombrosa e hicieron que ese tiempo fuera increíble”.
Pero, lo más importante para él, su relación dentro del clubhouse. “Me divertí muchísimo con mis compañeros. Realmente disfruté jugar con ellos el año pasado y por eso estoy tan entusiasmado por volver y estar con ese grupo. Fue realmente bueno compartir con tantos jugadores con un futuro enorme”.
Mastroianni fue la bujía del equipo. Como él estuviese en la ofensiva caminaban las posibilidades del equipo para obtener victorias. Pero no olvida que lo acompañaba un gran grupo de “chamos” a quienes ha podido ver durante este año en los Estados Unidos.
“El año pasado tuvimos muchos jugadores jóvenes que tienen un futuro brillante en sus carreras. Fue un placer para mí ver lanzar a Alex Torres con Águilas y, verlo luego en Grandes Ligas con las Rayas fue muy emocionante. Afortunadamente he podido ver a varios de los muchachos. Conversé con Josh Schmidt, José Pirela, Amalio Díaz, Fidel Hernández. De verdad, me emociona mucho hablar de este grupo. Ya quiero que llegue el momento de poder estar allá”.
Su llegada a Maracaibo está prevista para la primera semana de octubre y posiblemente dispute los cuatro encuentros de pretemporada que tendrán los rapaces en la Costa Oriental del lago. Pero antes de eso, debe terminar de la mejor manera un difícil año para él en las menores con el equipo de Toronto.
“Tuve una lesión en el tendón de la corva que me puso por tres semanas en lista de lesionados. Por eso no he podido robar tantas bases como acostumbro. Afortunadamente este último mes me he sentido mucho mejor y he podido correr con mucha más libertad”.
Con el madero tampoco la ha tenido fácil. “Ha sido realmente duro. Comencé bateando apenas de 70-7. Me puse demasiada presión al inicio y tuve problemas con mi swing que no había tenido en años anteriores. Pero he podido trabajar con mi coach de bateo para arreglar esos problemas y comenzar a ver que esos números han mejorado notablemente. He hecho cosas ofensivamente que nunca había hecho antes y eso me hizo entender que mi swing cambió. Ahora ya puedo estar un poco más preparado para prevenir posibles slumps en el futuro”.
“Mounstroianni” no ha tenido contacto con Mako Oliveras, quien será el nuevo mánager de los rapaces este año. Pero le entusiasma saber que es un ganador. “He escuchado mucho de él. Que ha pasado mucho tiempo en esto. Es bueno saber que estarás con alguien que juega a ganar. Estoy mirando en poder aprender mucho de su juego”.
Las mejores noticias llegan desde los Azulejos, ya que los rapaces y fanáticos podrán verlo “hasta que el cuerpo lo aguante”, ya que tiene libertad de estar aquí sin ningún tipo de restricción. “Ellos (Azulejos) no me han puesto ningún freno. Planeo jugar todo lo que pueda salvo una lesión me lo impida. El año pasado tuve que irme triste y en desacuerdo debido a la lesión que tuve en mi mano. Nunca quise irme y por eso quiero ir a jugar duro nuevamente y ayudar este año al equipo, pero en los playoffs”.
DATOS QUE VALEN: Mastroianni dejó en Venezuela promedio de .365 en 37 encuentros. Además, logró estafarse 11 almohadillas y dejar un importantísimo porcentaje de embasado de .449. El jardinero fue llamado por los Azulejos de Toronto después de dejar promedio de .279 en 538 juegos en ligas menores. Sumó 14 cuadrangulares, 183 remolcadas y 194 bases robadas. En el 201o lideró todas las granjas de los Azulejos al sumar 104 carreras anotadas, 158 inatrapabales y 46 bases robadas. En su primer encuentro en las Mayores, jugó como jardinero central, falló en par de turnos con un ponche y se sacrificó en una oportunidad.
Publicado en el periódico Mi Diario en Maracaibo y ampliado especialmente para este espacio.
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