
Carlos González hizo cosas pocos pensadas para un pelotero de primer año en la Grandes Ligas. No porque no tuviese el talento para hacerlo, sino que pocos esperaban que pudiera meterse tan pronto entre los mejores bateadores en una liga tan competitiva como la Nacional. Pero que trajera como antecedente su marca de seis dobletes como primeros imparables en las Mayores, o que empatara una marca dentro de la franquicia en sus primeros playoffs cuando igualó la de Dante Bichette con 10 imparables, era muestra de que su talento natural lo llevaría lejos.
Así terminó la temporada 2010 para ‘CarGo’. Muy lejos de lo que muchos pudieran haber apostado, sobre todo porque era su primer año completo en la MLB y porque estaría prácticamente luchando bajo la sombra de quien fuera uno de los mejores peloteros de la franquicia, Matt Holliday. Pero todas esas cosas que logró el año pasado (título de bateo, entre los mejores cinco en cuadrangulares y a sólo una remolcada del liderato, sin contar el Guante de Oro por su defensa) fueron su sombra al inicio de la temporada. Cosa que llevó a no ver números tan desconocidos para él, como para aquellos que lo conocían desde sus inicios.
“Tenía muchas ansias. Quería hacer más de lo podía hacer yo en ese momento. Ha sido realmente duro”, contesta con voz reflexiva a través de la línea telefónica después de hacer varias diligencias aprovechando su día libre, que por cierto, en otro momento de la temporada tal vez lo habría puesto nervioso, debido a que en estos momentos es uno de los peloteros más calientes en todo el circuito.
“Yo venía de una gran temporada y sólo quería iniciar como terminé”, confiesa después de ligar para un pobre .228 de promedio en el primer mes de temporada. Pero como todo en la vida, los golpes ayudan a crecer y el joven marabino comprendió rápidamente lo que debía hacer.
“Si quería llegar a 34 jonrones y 117 remolcadas como el año pasado debía comenzar por la primera. Una a una ir sumando cada uno de esos números. Entendí que eso no iba a pasar de una vez. Estaba estancado en querer hacer más de la cuenta y eso me llevó a tener el mal inicio que tuve”.
La clave de todo el asunto con su bateo era no estar haciendo lo que lo llevó al éxito en el béisbol. “Me exigí tanto que ya no me divertía. Al perder la diversión perdía las oportunidades de remolcar carreras y estar enfocado en esas cosas del juego que realmente necesitamos como equipo”, explica.
Para estar ahora con más de 20 cuadrangulares, cerca de montarse en el potro de los .300 y estar casi a “patica ‘e mingo” de las 100 remolcadas, no tuvo que hacer muchas cosas de forma diferente. “Yo trabajo siempre con la misma intensidad. Voy con el día a día pensando en que mañana debo ajustare y mejorar. Poco lo fui mejorando y fui mostrando lo que yo sabía hacer hasta el momento de la lesión”.
Y es que el jardinero de los rocosos estaba encendido con el bate justo en el momento donde todo lo que había hecho después del primer mes de temporada estaba a punto de estallar. Carlos estuve cerca de 20 días fuera de acción por culpa de su muñeca derecha, el mismo problema que lo detuvo en su carrera por la Triple Corona. La lesión paró en seco los .296 de promedio cuando le dió sus primeros problemas iniciando julio cuando disfrutaba de una jornada memorable de hasta seis carreras remolcadas.
Es presión fue restada en un punto de la temporada aun movimiento de Jim Tracy colocando al zuliano al inicio del lineup. “Más que un cambio de posición fue un cambio de mentalidad. Cuando estaba tercero estaba presionado en dar más batazos. Como primero (en la alineación) necesitaba estar concentrado en que debía darle a la bola, empujarla y embasarme. Ahí fue cuando comenzó a mejorar todo y por eso volví a mis puntos normales dentro del club. Y lo más importante, a recuperar el swing que no tenía antes”.
Ese cambio de mentalidad ha llevado a “CarGo” a poder pensar en una marca personal bastante importante, no sólo para él, sino para cualquier pelotero criollo. Actualmente está a tres estafadas de las 20 esta campaña, sumándolo con los 23 jonrones, se convertiría en el segundo pelotero criollo con más de una temporada 20-20 (20 bases robadas y 20 jonrones).
“Es una marca que deseo poder alcanzar de nuevo. Apenas tres peloteros hemos podido llegar a esa difícil marca por lo compleja. No es sencillo estar en esa posición y menos concretarla. En cada final de temporada buscas mantenerte saludable sin dejar de jugar duro a la pelota. Pero creo que sí lo haré, de mantenerme libre de lesiones podré llegar a eso”.
Paciencia… El don más preciado.
Acerca de cosas como las que puede lograr Bob Abreu, Carlos ha tenido cientos de entrevistas donde se le aborda el tema de la toma de boletos y ponches. Su agresividad en el plato lo ha llevado a ganarse un respeto ante los rivales, pero muchas veces lo pone vulnerable. “Siempre la gente va a hablar de ello. Es complicado porque siempre habrá opiniones diferentes. Por ejemplo, cuando hay en segunda y estoy en 3-0 y bateo, nadie dice nada. Cuando fallo, soy un impaciente”, suelta entre risas.
Incluso, sus discusiones van más allá del terreno. Por todos lados recibe su buen halón de orejas hasta desde su ciudad natal, Maracaibo, donde su madre de vez en cuando le dice que baje la intensidad. “(risas, a carcajadas) Ella me conoce porque sabe que desde chamo juego así, agresivo. La paciencia es un don muy preciado que sólo poquitas personas como Abreu puedn tener a ese nivel. De verdad es admirable su capacidad para estar allí sin hacer swing. Pero poquito a poco le iré agarrando el ritmo”, cierra con tono no muy convencido.
La mejor victoria… Cerrar caliente, pero en conjunto.
Los Rockies no han sido la sombra de los que muchos esperaban. Eran los favoritos para llevarse la división Oeste de la Liga Nacional, pasando por encima de los actuales campeones, los Gigantes de san Francisco. Pero una serie de eventos desafortunados impidieron que sus planes fueran los del inicio.
“Nada ha salido como como esperábamos. Yo no pude batear en el inicio como deseé. Ubaldo no pudo ser tan efectivo como lo fue la zafra pasada y hasta lo cambiaron. Mucho antes se nos lesiona una de nuestros brazos más prometedores como el de Jorge De La Rosa y todavía no sabemos en que parte del próximo año va a regresar. Pero debemos tener confianza en lo que tenemos. Vemos a un (Jhoulys) Chacín que se perfile como un ‘As’ en nuestra rotación más lo que pueda aportar un veterano como Todd Helton, que si bien es cierto ya no es el mismo de antes, sigue siendo uno de los bates más respetados de las Mayores”.
Consciente de ello, ahora más que nunca sabe que el futuro del equipo cae sobre él y Troy Tulowitzki. “De eso no hay duda. Pero pienso que hay un grupo de jóvenes muy importantes acá. ‘Tulo’ y yo estamos cerrando muy calientes. Posiblemente ambos con .300 de promedio, casi 30 jonrones y 100 remolcadas, pero si unimos eso con una buena cantidad de victorias, podremos decir que hay cosas muy favorables que poder explotar en la próxima temporada".
Lo único que preocuparía a ‘CarGo’ al cerrar la zafra en Estados Unidos son sus probabilidades de poder jugar en Venezuela con Águilas del Zulia. “Eso es responsabilidad del equipo (de los Rockies). Yo siempre quiero uniformarme y jugar en mi ciudad. Allá fue donde me formé y quiero mostrarle a mi gente todos mis avances”. El zuliano buscaría cualquier argumento. Su baja producción al inicio de zafra debido a la inactividad de los últimos meses, y hasta no haber jugado toda la zafra por la lesión.
“Lo que sea que pueda hacer, lo haré. Además, he escuchado que hay chance de que Johan Santana lance en Venezuela. También que Pablo Sandoval vea acción y así muchos otros. Eso hace que a uno le piquen los pies y se emocione para poder ir”.
DATO QUE VALE: Carlos González alcanzó el miércoles su racha más larga de encuentros disparando de hit en las Grandes Ligas, al llegar a 12. En ese tramo ha impulsado y anotado carreras en 11 juegos, incluyendo una marca de nueve consecutivos, que lo pone a un juego de Vinicio Castilla. Durante la racha suma .362 de promedio con siete cuadrangulares y 23 carreras remolcadas.
Si el zuliano alcanza las 20 estafadas, se uniría a Bob Abreu como los únicos con más de una zafra con 20 bases robas y 20 cuadrangulares. “El Comedulce” lo hizo de 1999 al 2005 y luego en el 2008. Magglio Ordóñez lo hizo solamente en el 2001.
Publicado en el periódico Mi Diario, de Maracaibo y ampliado especialmente para este espacio.
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