27 agosto, 2017

Freddy Galvis y la satisfacción de una promesa cumplida

Este es un recuento de las columnas publicadas durante la temporada 2.016 - 2.017 en el portal El Emergente, de Ignacio Serrano. Muchas gracias, 'Nacho'.

Gerardo Boscán Villasmil

El campocorto y grandeliga Freddy Galvis cumplió lo que prometió, el 6 de diciembre. Además, confirmó con su juego por qué fue el jugador de mayor calibre en nuestra pelota esta campaña. Admitió cansancio y tensión mental durante la gran final, su primera en Venezuela.

“Creo que venir a jugar en Venezuela nada más porque te van a pagar una cantidad de dinero no es correcto. Los próximos que vengan a hacerlo deben pensar un poco en eso. Si van a venir a jugar deben hacerlo por amor a la camiseta y la fanaticada. Jugar por dinero no te da satisfacción.

Venir esta temporada a jugar me dejó muchas cosas. Me dejó que el béisbol de Venezuela es uno de los mejores, en cuanto a la fanaticada.


También cambió mi manera (de pensar) en cómo se juega. Creo que mi mente cambia en el sentido que algunos piensan que esta liga es suave, que no se debe trabajar. Pienso que al jugar así pierdes las ansias de ganar.

Ganar el título me hizo sentir bastante contento. Creo que lograr lo que teníamos en mente me da una buena satisfacción, darle otro campeonato a las Águilas, a todo este estado. Muy contento, me siento feliz. Espero que no sea el último. Me sentía muy agradecido con Dios, el equipo, coaches, la gente que nos ayudó.

Mentalmente fue un desgaste bastante grande. Cada vez que llegaba del juego a mi casa lo primero que me pasaba por la cabeza era comer y dormir.  

Desde que empezaron los playoffs, el 2 de enero, la mente nunca paró de pensar cómo llegar al campeonato, cómo enfrentar cada pitcher, jugar ante cada jugador, prepararme, todo para llegar a lo que hicimos. Esos días fueron muy intensos internamente.

(La serie) contra Caribes supimos que iba a ser fuete. Era difícil ganar allá (en Puerto La Cruz) y aquí (Maracaibo) ellos nos jugaban muy bien. Esa serie iba a ser bastante dura. Gracias a Dios pasamos y jugamos bien.  

Contra Lara fue distinto. En esa plaza hay que estar concentrado, full. Ellos venían de ser los mejores, tremendo lineup, muy buen pitcheo. Estuvieron muy fuertes, aunque no se vio en los resultados, sabíamos que serían fuertes.

Creo que en ningún momento pensé en ese tipo de cosas (ser invencibles). 

En el día a día lo único que pensaba era ganar. Cuando jugamos contra Tigres, sabíamos que tenían buen equipo. Venían de ser campeones. No pasaba nada más en mi mente. No me sentí confiado, nunca. Lo que pasada siempre era en cómo ganar ese día, qué necesitamos hacer contra determinado lanzador, llegar a la bases, alcanzar otra. Nunca pensé en otra cosa que no fuera ganar. Solo 10 horas al día pasaban por mi mente. Ganar y pasar la página, seguir adelante. Nunca pasó algo como triunfalismos. Ni cuando estuvimos tres a cero en Maracay, que siempre nos juegan bien. Siempre pensábamos en ganar y avanzar a las siguientes rondas..

Viví muchos momentos prácticamente iguales, pero cuando niño, en las pequeñas ligas. Participé en semifinales y finales, fui a dos mundiales. Lo vivimos de la misma manera, con dos y tres meses antes para estar al tope. Igual salíamos aquí, de repente menos cansado que ahora. Requería mucha concentración, 24/7, pensando en béisbol. Es el mejor momento que ha pasado en mi carrera.

Esta temporada también me demostró que todos los juegos se tienen que ganar, siempre con la misma preparación.

Al igual que en la semifinal, estuve pidiendo el último out (sonríe), me decía ‘que den un rolling al campocorto’. Pero el momento fue el mejor así como ocurrió, algo que el público quería, un ponche. Silvino (Bracho) se los dio. Una de las mejores historias. El pitcher ponchando, poniéndose de rodillas y todos corriendo hacia él. La mayoría imaginamos ese momento y así creo que es mejor que haya quedado.

Haber venido esta temporada también me dejó confirmar lo bonito de nuestro béisbol. Lo extrañé el año pasado por no venir.

José Pirela y yo tenemos una gran hermandad. Lo conozco desde los 15 o 16 años. Lo he tenido como un modelo a seguir sobre cómo jugar. No importa si hay dolor, nos debemos a un público y hay que dar el 100 %. Él es el perfecto ejemplo.

Una de las razones que me motivan a venir son mis compañeros y él es el primero de mi lista. Es la manera correcta, como él juega, que se debe jugar al béisbol. Lo comparo con Chase Utley, tremendos profesionales. Es mi hermano, ahora compadre. Quedar campeón junto con él lo soñamos y pensamos. Antes de venir, cuando estaba en 3 y 2 sobre la decisión de poder venir o no, me motivó. En Estados Unidos le decía que la única manera de venir era para quedar campeones. Se nos dio, 5 o 6 meses después. 

Esta temporada me demostró que primero está la amistad y compañerismo, después ir a lo profesional.

También me demostró que los compromisos se cumplen. Hay que tener amor a la camiseta, terminar con el título lo rescata más. Hay que jugar por amor al béisbol y dejar a un lado el egocentrismo, solo pensar en ‘si no me pagan no juego’, no es correcto. No te da satisfacción.

Hoy, estoy satisfecho por lo que hice por mi equipo, lo que ellos hicieron por mí, lo que hicimos juntos por nosotros, y por la fanaticada. Lo que junto con ellos logramos, ser campeones”.

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