23 noviembre, 2011

Mastroianni quiso poner un candado con lo de Bárbaro

Mucho se ha hablado sobre el despido de Darin Mastroianni de las Águilas del Zulia. El líder en anotadas de la temporada y uno de los hombres con mejor porcentaje de embasado en la liga fue dejado en libertad por “bajo rendimiento” según explicó, en un inicio, el mánager de los rapaces, Lipso Nava.

Mastroianni fue abordado sobre el caso y jamás asomó algún tipo de molestia por la decisión que tomó la gerencia. Por el contrario, el enojo que tenía el pelotero era consigo mismo. “No pude batear acá como esperaba y no puedo ayudar al equipo como yo quiero”, haciendo “Mea culpa” de lo sucedido a lo largo de la temporada.

Dentro del clubhouse rapaz se ha escuchado cierto descontento con el coach de bateo Bárbaro Garbey, quien al parecer no disfruta de la confianza de los peloteros. Simple cuestión de química, nada que tenga que ver con su desempeño como instructor.

El viernes hubo una “escaramuza”. Así lo tituló el periodista German Cartaya, de Meridiano Televisión. Al parecer, Mastroianni estalló en frustración después de fallar su turno en el octavo episodio. Al paso, salió uno de los personajes que más ha trabajado con él desde que llegó al equipo rapaz el año pasado. Y lo decimos, porque día a día eran como sombra para cada uno. No dejaban de hablar y hacer movimientos de ajustes. Cabe destacar que el jardinero no dejaba de hacer “sombras” como en el boxeo, intentado corregir detalles.

“Aquí no podemos pensar que la decisión de sacarlo (a Mastroianni) fue por el altercado que tuvo con Bárbaro”, enfatizó Ruperto Machado Ascanio, gerente general del equipo rapaz. “Darin no estaba mentalmente con nosotros. Sus condiciones siempre han estado ahí, pero estaba fuera de enfoque”, explicaba mientras confesaba quees la segunda decisión de más relevancia que ha tenido que tomar en su corta carrera como ejecutivo de los naranjas.

Garbey no desestimó en defender a su pupilo. “Todos aquí sabemos que Mastroianni es un gran pelotero, que es un buen bateador”, dijo después del juego del domingo.

“Esta liga es muy corta y los espacios en el equipo se estaban acortando con la presencia de ocho jardineros, cuatro de ellos norteamericanos. No estaba haciendo los ajustes y eso le estaba preocupando demasiado”, resumía el técnico cubano.

El cubano no se entra a pasiones. A pesar de la dura baja que representa no tener a un pelotero de su calibre, sabe que las cosas deben continuar por donde vinieron.

“Que Mastroianni se vaya no quiere decir que el equipo se va a caer. Aquí hay otros muchachos que pueden hacer el trabajo que él estaba haciendo en éste momento. A lo mejor, en este momento, alguno de ellos pueda hacerlo mejor".

El jugador quiso dejar muy claro algo en su último con los rapaces, como llamado de conciencia, tal vez, por lo ocurrido y la infinidad de rumores que han salido al respecto. Después del juego del domingo, el jardinero se acercó a nosotros para poner, de su parte, fin a lo que se ha dicho.

“Hubo un malentendido entre Bárbaro y yo después del juego (el 18 de noviembre)”, confirmando lo que se había hecho eco anteriormente. “Los dos estábamos muy frustrados y eso llevó una cosa a la otra, pero no fue gran cosa ni debe pensarse que fue tomado de esa manera”, enfatiza Mastroianni.

“Yo siento mucho respeto por Bárbaro como entrenador así como lo hace él como conmigo como pelotero. Él puso mucho tiempo y dedicación durante mi tiempo con el equipo para ayudarme a ser cada vez mejor. De ninguna manera mi partida tiene que ver con eso que ocurrió. No guardo ningún tipo de resentimiento o enojo hacia él. Al contrario, me ayudó muchísimo. Le agradezco mucha de las cosas que hizo por mi”, agregó el norteamericano.

El caso parece haberse cerrado con la entrada de otro pelotero en su lugar y con el oxígeno que representa poder mirar al banco y ver menos gente para poner en juego, pero queda la duda de los otros peloteros que tal vez, necesitados de alguien de confianza, esperen ver dentro de su clubhouse a un “amigo” que pueda ser voz consejera en los momentos más apremiantes. Tal vez, esté en la paralela, deseoso de venir a echar una manito.

Publicado en Mi Diario el 21 de noviembre y adaptado especialmente para este espacio.

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