Gerardo Boscán Villasmil
Cuando se llega a la edad de 33 años en el beisbol se dice que los peloteros están en la etapa más madura en sus carreras, donde las potencialidades están al máximo de sus niveles para comenzar su decrecimiento, pero con suficientes capacidades para rendir en una liga, sobre todo, como la venezolana, donde la variedad de categorías requiere de mayor esfuerzo.
César Suárez está en esa edad, maduro para el béisbol, mentalmente, pero mucho más en lo físico. Lo que, entre otras cosas, lo obligó a colocarse detrás de un escritorio, cuando todavía se pensaba pudiera seguir cosechando inatrapables en la pelota criolla.
“Es un poco difícil en el aspecto de estar acostumbrado a estar en el terreno. Se me ha hecho incómodo, pero al mismo tiempo, he podido lograr la transición, compitiendo desde otro ámbito”, asegura Suárez, otrora campeón bate del circuito venezolano con los Tiburones de La Guaira, su segunda organización en Venezuela, como jugador.
“Y así va a ser siempre. Me colocaron en lista de retirados. Si intento regresar, sería con ellos automáticamente”.
Su nuevo rol, en nada, se parece al de antes. No hay prácticas de bateo, fildeo, ejercicios de estiramiento, acondicionamiento. Mucho menos sesiones de rehabilitación.
“Me gusta bastante (su rol de asesor a la gerencia deportiva) porque incluso, desde que estaba jugando y desde que el equipo me dijo que era capitán, me he involucrado mucho en lo que es el aspecto de estar coordinando cosas para los peloteros, no solo en el terreno”, cuenta, mientras observa agradado lo que el equipo de su niñez ha logrado en el inicio de campaña.
“Hacerlo en el equipo de mi ciudad, donde no tuve oportunidad de jugar, es algo muy bonito y espero ayudar a lograr el título que tanto queremos”.
“Una de las cosas que uno aprende es que uno (como pelotero) se queja mucho de las cosas que los equipos hacen o dejan de hacer”, confesó, con cierta risa. “Que si los hoteles, los viáticos, la comida”, enumeró.
“Cuando uno está en este ambiente se da cuenta que no es fácil por los problemas del país, de estructura de todos los hoteles, los aires, la comida. Siempre habrá problemas y son cosas inevitables”, expresa con preocupación el zuliano.
“Uno trata que los peloteros y técnicos se sientan cómodos viviendo aquí. Una cosa es decirle a un pelotero que va a vivir en Caracas, en un hotel como el Renaissance, que traerlo y meterlo en el Hotel del Lago (ahora Venetur), que tanto se quejaron el año pasado”, ejemplifica con propiedad del asunto.
“Son cosas que tenemos en contra (en Águilas) y tienen a favor equipos del centro como Magallanes, La Guaira, Caracas y Aragua. Me di cuenta este año, que sí influye mucho”, analizó, haciendo memoria de lo que debió negociar para poder concretar con la importación rapaz este año.
Debatirse con las preferencias, o justicias, de los peloteros es uno de los muchos temas que debe solucionar. Afortunadamente, uno de ellos lo resolverá con el tiempo y cuando todos sus excompañeros se retiren en unos años.
“Si supieras que tenía un poquito de experiencia porque cuando Jorge (Velandia) comenzó a ser gerente de La Guaira, ocurrió algo como lo que me pasa ahora”, recordó a un lado de las tribunas del Luis Aparicio “El Grande”. “Prácticamente, desde que me nombraron el capitán, siempre él y yo salíamos con nuestras familias, compartíamos mucho, y después que él firma como gerente, pasó a otro plano y me decía “hey, hoy no podemos salir”, contó con mucha risa.
“Aquí me está pasando lo mismo con Alex Romero, Jesús Flores, Jonathan Herrera. Son contemporáneos conmigo, con los que he compartido y ahorita debo decirles lo mismo que me decía Jorge a mí”. Tiene su razón y ética. “No es que no pueda, no es lo correcto”.
Agradece lo que aprendió de su antiguo compañero. “Sin dudas, Jorge me ha ayudado mucho. Inclusive, cuando estaba jugando, teníamos meeting de equipo, él se acercaba y me decía ‘cuando tú estés de este lado tú me vas a entender’, y como te digo, ahora lo entiendo”.
Sus funciones con la agencia Beverly Hills Sports Council, ubicada en Los Ángeles y responsable de debatir los acuerdos económicos de una gran cartera de clientes venezolanos, les ha facilitado poder hacer su transición mucho más placentera.
“Eso (el retiro) me afectó bastante. Lo controlé por la agencia. Ahora solo quiero ayudar a los peloteros criollos a que tengan mejores contratos, estén mejor representados, eso me dio un incentivo bastante grande, además de las lesiones, es más fácil aceptar que uno puede estar de este lado, ayudar al béisbol y los peloteros, fuera del terreno”.
Suárez era de esos peloteros que pareciera no entrenar demasiado para mantener un contacto que lo llevó a conectar 489 imparables en 463 compromisos. “Aún me provoca tomar un turno, sobre todo con gente en base”.
De sus mentores, el más importante es su padre, César Suárez, quien hoy trabaja como buscador de talentos con los Yanquis de Nueva York y quien sí pudo jugar con los rapaces en la década de los 80.
“Para mí, ha sido un libro abierto del béisbol, ha tenido tanta gente de quién aprender, César Tovar, Víctor Davalillo. Tener esa opción de cuando necesite algo poder preguntarle, es increíble. Si no fuera por él, no supiera la mitad de lo que sé”.
Hoy solo piensa en que el talento nuevo que ayudó a traer al Zulia con Jesús Flores, Herlis Rodríguez y Herrera, para mejorar la parte central de los rapaces, pueda ayudar a alcanzar el campeonato. Aunque eso traerá buena publicidad por sus funciones.
“Lo de hacer un nombre, no es mi meta, no quiero ser gerente general de un equipo. Obviamente, me llena mucho estar con Águilas porque sé puedo ayudar mucho”, suelta con desapego.
“Donde sí quisiera que saliera mi nombre es en los contratos nuevos que podemos hacer por Rougned (Odor), Salvador (Pérez), Henderson (Álvarez) y Pablo (Sandoval). Así como de otros muchos que tenemos y que están en la compañía porque confiaron en mí. No quiero defraudarlos, no pasó antes con quienes estuvieron, pero sí quisiera ayudarlos a tener algo mejor”.
El dato:
César Suárez es uno de los cinco zulianos con un título de bateo en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Lo consiguió en la 2012 - 2013, con La Guaira, con .320 puntos.
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