Falta poco menos de tres semanas para que comience la temporada de béisbol profesional venezolano. Ya todos los equipos tienen sus estrategas confirmados y gran parte de los importados han sido contratados. Lo que quiere decir que sólo falta que se cante la voz de ¡Playball! para que oficialmente arranque el primer pasatiempo nacional, en el país.
Pero no, resulta que no es así. El tema de los estadios sigue caliente a pesar de que los trabajos se han acelerado en gran manera para que estén listos la primera semana de octubre, fecha tentativa para que Major League Baseball (MLB) se presente a realizar una nueva inspección.
Nuevamente, y de forma directa, me referiré al tema Luis Aparicio. No porque la tenga agarrada con el coso zuliano o contra la gerencia de Águilas del Zulia. Para nada. Simple razón de que es el estadio al cual tengo mayores posibilidades de visitar año a año y, por ende, del que más puedo argumentar conociendo sus alrededores e historia.
Una semana después de haber sido reprobado el llamado "Nido Rapaz" el coordinador de infraestructura del IND-Zulia, Leontet Cabezas, ofreció una respuesta al periodista Augusto Cárdenas, del Diario Panorama que, al menos a mí, no me convenció. “No pensábamos que vendrían tan tarde, y no queríamos hacer algo que después no era lo que requería MLB. Estábamos esperando la visita de Major League Baseball, que pensábamos sería en febrero o marzo”. ¿Perdón? ¿Febrero o marzo? Qué podrían inspeccionar para esos meses si la temporada, apenas, tenía unos meses de haber finalizado y faltaban 7 meses para que iniciara la nueva.
El año pasado, para el 03 de septiembre del 2009, Domingo Álvarez, gerente general de la LVBP dio el visto bueno de todos los estadio. De hecho, habló de "detalles" en algunos de ellos, incluyendo en el de Maracaibo. Hay que recalcar que en la zafra pasada, Águilas del Zulia cumplió 40 años de fundado y se esperaba una gran cantidad de fanáticos en el "Grande" de Maracaibo para conmemorar lo que sería una gran temporada para la novena zuliana.
Para la fecha, 19 de septiembre, ningún estadio tiene el visto bueno para poder jugar pelota. Unos más que otros están sufriendo cambios y modificaciones importantes. Eso no se discute. Todo lo que sea bueno para los que asisten a disfrutar de pelota de calidad en nuestro país no será reprochado. Lo que se discute es la decidía para hacerlas.
¿Por qué esperan un mes antes para empezar a echar escoba, rastrillo y pintura? Unos dirán: ¿Para que los dañen más rápido? Respuesta inconsciente. Todos debemos ser responsables de que las instalaciones no sólo se mantengan, sino que estén mejor de como se consiguen. Y si no vamos a ayudar a mejorarlos, entonces denunciemos a aquel que no respeta el espacio que utilizamos muchos para trabajar o compartir en familia.
Es más, daré otra razón de peso. Y es que lamentablemente aquí lo que más duele es el bolsillo. ¿Sabían que todo lo invertido por los Ministerios y entes gubernamentales para la limpieza y reparación de las calles, plazas, estadios, etc., sale de los impuestos que pagamos? Hmm… Hicieron pensamiento de ahorro. Bien por los que lo hicieron.
No creo que ningún gerente de equipos en Venezuela se despreocupe por lo que ocurre en los estadios. Desde la temporada 2003-2004 hasta la 2009-2010 hubo un incremento de asistencia de casi un millón de fanáticos. Eso sólo en la ronda eliminatoria.
Esos fanáticos deben cuidarse y darle material para que regresen el siguiente año y que además traigan nuevos "fiebrúos" que llenen todas las localidades. Desde la más económica hasta la más costosa.
¿Cómo hacemos para evitar otra vez pasar pena en una inspección? Pienso que es simple. Cumpliendo con lo mínimo. ¿Y qué es lo mínimo?, se preguntarán otros. Lo mínimo tiene que ver con las cosas más sencillas y elementales que MLB le exige a todas y cada unas de las Ligas donde se juegue pelota invernal. Como bien lo dijo Murray Cook, especialista avalado por la oficina del comisionado en las Mayores: "Ellos se preocupan por la salud física de SUS peloteros".
Claro, esos mínimos no son inventados. Están estipulados, organizados y aprobados por la Confederación de Béisbol del Caribe a través del Acuerdo Invernal. Sí, ese mismo que no "deja" venir a jugar a nuestros peloteros y que nos quita la oportunidad de ver a jugadores como Johan Santana, Miguel Cabrera y, en mi humilde opinión, Carlos González esta temporada. Pero aunque no lo crean, el "Winter Agreement" también protege a los fanáticos y hasta los periodistas.
Por cierto, para el señor Cabezas y los otros entendidos en el tema, este acuerdo se firmó y aprobó, por última vez, en febrero del 2010, en el marco de la Serie del Caribe en Margarita. ¡Ups!
En el ADJUNTO A del Acuerdo Invernal, aparecen todas las especificaciones, centímetro a centímetro, de lo que necesitan los espacios para ser aceptados para jugar pelota, con jugadores relacionados con organizaciones ligamayoristas que muy bien pudiéramos comparar con los nuestros. REPITO: sólo haré comparaciones con el Luis Aparicio por las razones antes expuestas.
En la primera sección habla de los asientos. La capacidad mínima es de 2.500 puestos algo que de sobra pasamos, a Dios gracias, desde hace muchos años.
En la segunda hacen referencia de los espacios que brinden comodidades al público. Esto habla de la distribución que debe haber para los baños, bebederos de agua y teléfonos públicos. Tristemente digo que los baños, en el Luis Aparicio, son insalubres. Cuentan con gran número de espacios tanta para damas como para caballeros, pero son sucios, sin puertas y muchas veces hasta sin agua. Incluyendo que no tienen el espacio adecuado para minusválidos.
Bebederos no existen. Al menos no de agua. Quien la desee debe "bajarse de la mula". El Luis Aparicio queda dentro de un complejo polideportivo donde también están el de fútbol, baloncesto, piscinas y trampolines, pistas de motocross, entre otras disciplinas. La concurrencia es alta, pero no posee un sólo teléfono de utilidad pública con el que se pueda contar. Los que están no funcionan, aunque hay que aclarar que es por mal uso de los que allí asisten.
En una tercera sección nos recomiendan un puesto de comida por cada 350 asientos. No hay que ser muy genio en las matemáticas para echar una cuentica acá. En el Luis Aparicio pueden asistir, pagando, 25.000 personas. Claro está, no todas las localidades son preferenciales con puestos perfectamente enumerados, pero si en cada juego va a asistir esa cantidad, sería bueno que el estadio esté preparado para ello. Contando deberíamos tener unos 71 puestos de comida. ¡Qué genial sería! Difícilmente contamos con 5 kioscos. Claramente dice que deberán estar cercanos a los asientos. Lógico, no querré perderme un inning completo de ver a mi equipo favorito. Imagínense perderme tres ponches de Armando Galarraga y el turno de Carlos González o Miguel Cabrera con las bases llenas.
Una sección más adelante nos hablan de las taquillas. (Creo que de esto podrían echar manos muchos equipos). Según el acuerdo, cada estadio debería proveer 1 (una) taquilla y entrada por cada 1500 asientos de capacidad total. Otra vez la matemática llega a nosotros. Echando números y dividiendo los 25.000 que mete el espacio marabino, con o sin sillas, entre los 1.500 que se sugieren como mínimos, nos da 16.6 y el redondeo nos dice que debemos subir uno más a 17. En Maracaibo contamos con 10 taquillas, contando la de pases de cortesía y otra más que casi siempre está cerrada. Acá aportaré algo: estamos en la era moderna, en pleno siglo 21 ¿será posible que algún día, no muy lejano, podamos comprar las entradas por internet? Así como hacemos para ir al cine. Con todo y la gran cantidad de abonos que se venden las colas "mamarras" que tenemos que hacer bajo el inclemente sol zuliano son inhumanas. Aparte que por alguna razón nunca hay entradas para los juegos grandes. Increíblemente no podemos explicarnos el porqué si supuestamente las taquillas abren en una hora, media hora después se terminaron. Pero esto será tema de otro artículo.
Otro punto importante en esta sección son los que se refieren a los sitios de control y primeros auxilios. Cada estadio debería tener uno. A pesar de tenerlo, siempre vemos a un desadaptado en el terreno fregando la paciencia. La ambulancia siempre está presente pero como cosa rara, siempre es usada para atender al desadaptado que se lanzó al terreno.
¿Cuánta roncha pasan ustedes en los estacionamientos? Mucha imagino. En el estadio a duras penas contamos con unos 400 puestos. Y hasta menos, cuando según el acuerdo invernal deberíamos contar con 1 por cada 3 asientos. Como dije, como son 25 mil los que pasan, deberíamos tener más de 7 mil puestos. Ya que no los tenemos, al menos deberíamos contar con alguien que coordine el acceso seguro y libre de inconvenientes. Cuántos choques y congestionamientos nos evitaríamos si esto se cumpliera ¿verdad?
Más adelante, en el mismo ADJUNTO del acuerdo, habla del sonido y la pizarra electrónica. No hay quejas al respecto. Aunque pudieran existir mejoras.
Por los momentos me saltaré una sección del acuerdo. Prefiero dejarlo para el final. Habla acerca de los espacios para los medios de comunicación. Créanme cuando les digo que pasamos calamidades.
Hay disposiciones dentro del estadio que por supuesto son componentes obligatorios para los equipos sobre las comodidades de los vestidores de los jugadores en cuanto a espacio en los lockers, duchas, gimnasio, lavandería, así como también el espacio para los entrenadores, coach y el mánager. El Winter Agreement tiene unas medidas específicas que sólo se cumplen dentro del clubhouse del equipo rapaz. Para decepción del señor Cook lo visto del lado del equipo visitante fue realmente patético. No había lockers, los lavamanos estaban en mal estado, incluso con tomas corrientes que se dejaban ver mal instalados.
En la sección siguiente del acuerdo habla sobre las dimensiones en el terreno, puntos que el campo marabino pasó muy bien. Salvo por un pie menos en la almohadilla de segunda en la distancia entre el home y la segunda base. El engramado estaba un poco grueso, pero nada de qué alarmarse. Eso fácilmente se arregla en unas horas. Curioso fue encontrar un pie menos en la distancia entre el homeplate y la segunda base. Asumimos que los diferentes torneos que allí se disputan en varias categorías permitieron que un error de ese tipo estuviera al momento de la inspección. De no ser así, entonces esto pudo ser un importante aliciente para que Águilas del Zulia fuera el equipo más inconsistente de todo el campeonato, cometiendo hasta 27 errores en una semana.
Aunque uno de estos puntos sea obvio que se “deben cumplir” fue poco usual haber observado los batting cage, y protectores de infield sin sus respectivos acolchados.
IMPORTANTE PARA LOS MEDIOS.
El acuerdo invernal estipula en un espacio exclusivo acerca de las facilidades que los medios radiales, visuales e impresos deben tener en cada estadio. En la sección nueve se expresa claramente de los accesos de estacionamiento. Esto no es problema, salvo que debemos exponer muchas veces nuestros vehículos con los de los aficionados. Muchas veces somos víctimas de alguno que otro desadaptado que no respeta los bienes ajenos y simplemente los daña por placer.
Luego viene lo más interesante. Los espacios para cada tipo de medio. Tanto radio, televisión como impreso deben tener un espacio acorde con vista al terreno que facilite la transmisión del juego. Recomiendan que cada espacio tenga mesones, sillas, luz eléctrica y teléfono. Los medios impresos en la ciudad de Maracaibo no nos damos abasto dentro de los palcos dispuestos para nuestro oficio. Sólo una parte puede estar perfectamente ubicado mientras que los otros debemos estar a la suerte de lo que nos comenten los demás o, esperar los improperios de los aficionados, principales árbitros de los encuentros de pelota. Varios colegas de las estaciones radiales y televisión, bien sea de circuitos específicos de un equipo determinado o de transmisión nacional, se han quejado del estado de las cabinas. Alfombras mal trechas, sin aire, luz y hasta con humedad proveniente sabrá Dios de donde, deben soportar en cada jornada de trabajo. Eso sin contar con el pésimo servicio de Internet que muchas veces impide enviar a tiempo notas a las diferentes redacciones (en el caso de los que redactamos), salvo aquellos que tengan su propio servicio.
Por ejemplo, el año pasado tuvimos que aguantar por más de dos meses uno de los ventanales roto. Obviamente, nadie quiere trabajar de esa manera y sin embargo así tuvimos que laborar gran parte de la temporada. Así como los fanáticos pasan calamidades en sus salas sanitarias, nosotros no escapamos de ello. En el Luis Aparicio contamos con casi 20 palcos, pero con apenas cuatro salas sanitarias – dos para las damas y dos para los caballeros-. Ese no es tanto el problema. El real embrollo aparece cuando los fanáticos son los que copan estas salas, que pocas veces reciben el servicio adecuado y debemos caminar por todo los pasillos de acceso inundados, muchas veces, con líquidos que, por el bien de nuestra mente, deseo pensar que son las tuberías rotas.
El Winter Agreement expone aspectos necesarios para ser cumplidos, así como recomienda hacer otras. Pero no deben confundirse entre ellas. Hay algunas que por más simples que parezcan son necesarios para el disfrute de todos. Desde una taquilla, un puesto de estacionamiento hasta un filtro de agua filtrada para aquellos que sólo pueden pagar la entrada para ir a ver a su equipo favorito. Ellos también tienen derecho a hidratarse y nada cuesta colocar unos cuantos en los alrededores. Eso si bien es cierto afectará el presupuesto, piensen que son cosas altamente atractivas para los asistentes. Contar con estas "pequeñeses" podría significar unos cuantos fanáticos más.
Lo presentado en estos artículos no fue con la intención de dejar en mal a nadie. Por el contrario, se redactaron con la intención de no dejar pasar los detalles que llevan a nuestra fanaticada a ser una de las mejores en el mundo para el desarrollo y disfrute del país. Espero que cada uno de esos puntos resaltados con la brevedad posible sirvan para otros colegas en los otros parques y puedan hacer sus comparaciones y llamados de atención por el bien de quienes utilizan estos espacios para recreación (en el caso de los fanáticos) y de empleo (por parte de los peloteros).
Publicado en el periódico Mi Diario y ampliado especialmente para éste espacio. Colaboró en esta nota Arturo Marcano y Rafael Rojas Cremonesi.
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